San Juan Bautista de la Salle  7 de Abril

Autor: Padre Ángel Amo

Fuente: catholic.net

 

 

Juan Bautista nació en Reims en 1651 de la noble y acomodada familia de La Salle; fue brillante estudiante en la Sorbona de París, recibió la ordenación sacerdotal y poco después fue nombrado canónigo. Es uno de los más grandes innovadores de la escuela moderna. En una época en la que la cultura elemental era un privilegio de pocos afortunados, Juan Bautista comprendió la urgencia de impartir una adecuada instrucción a los niños de las clases sociales más pobres. Entonces renunció a su puesto de canónigo y con doce jóvenes valientes fundó en 1684 la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

El santo fundador entendió la educación de los niños como una obligación de todos. Por lo general en las escuelas de ese tiempo sólo se aceptaban a los jóvenes con miras a la política o a la diplomacia. Juan Bautista sostuvo el principio de la gratuidad y de la universalidad de la instrucción.

Naturalmente, sus métodos revolucionarios fueron atacados por muchos.
Las escuelas normales se seguía hablando en latín y se daba mucha importancia a las materias tradicionales, mientras que las “populares” de los Hermanos adoptaron inmediatamente la lengua materna e introdujeron una enseñanza de carácter elemental y profesional, que comprendía la lectura, la escritura, la ortografía, la aritmética y el catecismo. Las clases se dividían según el nivel de desarrollo de los alumnos: los que habían progresado más tenían que ayudar a los más atrasados. Pero la escuela lasallista tenía sobre todo una dirección profesional, para que los muchachos del pueblo pudieran conseguir un empleo bien remunerado.

En el horario escolar se colocaron también el dibujo industrial y los ejercicios prácticos con varios instrumentos de trabajo. Pero todos los días de clase tenían que comenzar con media hora de “religión”.

Al comienzo de la difícil misión, Juan Bautista de La Salle tuvo que contentarse con el celo de los doce voluntarios que habían aceptado vestir como él el hábito religioso y dedicarse a la institución de las escuelas populares. Cuando murió, el 7 de abril de 1719 en Rouán, la nueva Congregación contaba ya con doscientos miembros distribuidos en 22 casas.

Eran auténticos maestros, dotados de sólida cultura, pero también de las virtudes propias del buen educador: prudencia, sabiduría, paciencia, bondad, celo, piedad y generosidad. Juan Bautista de La Salle fue uno de los más sobresalientes educadores de la Iglesia y precursor de los modernos métodos de enseñanza. Fue canonizado en 1900.